jueves, 6 de septiembre de 2007

Sus excelentísimas señoras


















Semi Diosas.


Así son ellas y así se sienten las mujeres que lucen sus creaciones.


Y tal y cómo demuestra su última colección, cada vez se acercan con más astucia a los preceptos de la alta costura.


De disfrazar a las celebrities de princesas de cuento, a dignas herederas del espíritu de los más grandes couturiers.


De jugar a ser diseñadoras a sucesoras en línea directa de la sastrería más regia.
Han dado con la combinación perfecta entre historia y modernidad.


Entre clasicismo y neoromanticismo con un punto irrealidad.


Siempre todo envuelto de una feminidad drástica y extrema.


Casi hedonista.


En un halo de fantasía. De ilusión. De sublime evocación. De quimera.


Cierto es que la puesta en escena de sus desfiles no es de lo mejor.


Las modelos no destilan ni evocan. Más bien hielan.


Pero sus vestidos tienen vida propia y no requieren de mayor interpretación que su simple presencia.


Larga vida a las marquesas.


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