jueves, 4 de octubre de 2007

Mêlée










































































































De Lacroix siempre me ha fascinado que allá por los inicios de los ochenta, en plena época de transición y confusión en el mundo de la moda, él, trabajara con el costurero oficial de la corte imperial de Japón.
Cómo no podía ser menos, de los suntuosos junihitoe regios se pasó a la HC.
Y allí trasladó y sigue trasladando su maestría para el color.
Su simbolismo, su plasticidad, su mestizaje y su historicidad.
Su amor por el teatro.
Su deje artesanal.
Y su constante evolución que se hace evidente colección tras colección.
Yo personalmente lo disfruto en los detalles.
En su inquietante y turbadora capacidad de fusionar.
En su deliciosa desconformidad!
Hoy me quedo con sus maxipulseras y bolsos.
Con el espectacular azul cobalto.
Y con esos tocados cercanos a lo surreal.













1 comentario:

Penélope Glamour dijo...

Uffffff, yo también me quedo con las pulseras y los bolsos. El resto, un poco complicado,no??
Lacroix siempre ha sido de mis favoritos en la Alta Costura. Sus colores, los cortes, los volúmenes, siempre han sido excepcionales.
Esta colección pret-a-porter se me escapa un poco.
Eso si, los colores, como siempre, magníficos


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