Antes de ponernos a hablar de señoras, acaso ¿nadie a va a comentar el Castillazo de la Pataky en el estado de Nueva Inglaterra? ¿ni la aventuras amorosa entre entre Marujita Diaz y Paul Newman?
Menos mal que a Lacroix el cañí que le tira no es este, que también forma parte de nuestra plaza genética, sino el otro, el respetable, el universal, el épico; el del color, el farol, la peineta, la saeta, y el lunar.
Todo ello regado con un buen bustier dieciochesco y lazos de raso por doquier.
Y tachán, aquí está la mujer poeta, la mujer probeta, la mujer de la pompa y el dorado, del capote de oro y de la flor del mal.
Una cortesana en la jungla de cristal.
Una mujer elegante, aparatosa, esquiófrénica, daltónica u hortera.
Una mujer lánguida, prosáica, tendenciosa u déspota.
Pero al menos, no hay duda: ha sido niña.
3 comentarios:
Retiro lo dicho antes...bravo Lacroix. Un beso.
Me retequeteencanta Lacroix.
Es un genio.
es un sueño. y como dice holly, un genio. XXXX!!
Publicar un comentario