









Aunque el hombre se quede como apuesta segura en Paris, de Nin, director creativo de la firma, ha decidido que el feudo de la mujer Basi, sea Londres: riesgo y acierto.
Markus Lupfer ha conseguido tejer una colección sorprendente, chocante, en definitiva, asombrosa.
Su "acomercialidad" ha sido su principal aliada.
Porque osa, se atreve, y resuelve, con absoluta credibilidad.
Ya se sabe que Londres es la antítesis de Nueva York, el enfoque puramente mercantil no funciona. Puntúa a la baja.
Y la casa catalana ha sabido sacarle magistral partido a esa carta.
El diseñador alemán al frente de la marca, ha demostrado que sensualidad y transparencias no están reñidas con geometría y formas cerradas.
El hilo conductor del desfile ha sido precisamente la contraposición entre tejidos, formas, volúmenes y colores, entre sedas, algodones, plásticos y rafias, tonos nude, pastel y fluorescentes naranjas.
Un aire muy exclusivo pero juvenil y refrescante.
Larga vida a la mujer urbana.
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