martes, 12 de febrero de 2008

Una tirana hecha a sí misma

"Si observas cualquier buena fotografía de moda fuera de contexto, te dirá tanto sobre lo que ocurre en el mundo como un titular de The New York Times”, declaraba " nuclear Wintour" en una de sus escasas entrevistas, concedida a un periódico español en Octubre de dos mil seis. Respondía así a los rumores acerca del posible giro político en la línea editorial de su revista. Pero ella no se moja más allá de lo que toca, solo rompe su tirantez facial y su sequía expresiva, su inmutabilidad agresiva, frente a aquellos que tratan de trivializar la moda. “A los políticos la moda les suele poner tremendamente nerviosos, porque les parece frívola. No quieren parecer demasiado elitistas, atolondrados o lo que sea. Y, francamente, me irrita muchísimo, porque es un sector enorme en cualquier país, y tengo la sensación de que los políticos deberían aceptarlo, en lugar de apartarse de él...", decía en referencia al mismo tema en otra entrevista.


Nacida en Londres de madre inglesa y padre norteamericano, bebió de fuentes periodísticas desde bien pequeña ya que su progenitor era director del periódico Evening Standard. A los 16 años decidió dejar la escuela y apuntarse a un cursillo de moda en Harrod’s pero enseguida se dio cuenta de que no estaba hecha para aprender de otros sino que ella, había nacido mandar. “O sabes de moda o no sabes”, fue una de sus primeras frases sentenciadoras y axioma en su carrera profesional.


Anna no se dedica a la moda. Ella, es la moda. La mano de Wintour en Vogue se notó desde el principio, no solo por la disciplina y el marcado carácter que imprimió entre bambalinas sino por su sello personal en portadas, reportajes y entrevistas. Desde su desembarco en la edición norteamericana, allá por 1988, tras su paso por la edición británica en el 86, así como por house & garden (a la que se empezó a denominar house & gartment a causa de la reincidente adicción de la Wintour a incluir trajes de alta costura en reportajes gráficos sobre gardenias, petunias, lilas o mimosas), harper's bazaar (de la que la echaron apenas un año después de llegar), viva o New york, la dama de hierro, que ya había echo sus pinitos en estados unidos, se lanza definitivamente a la conquista de las americas (aunque su pensar permanece fuertamente ligado a las islas británicas).


Y al otro lado del charco hay que se más comercial pero sin dejar nunca de lado la intransigencia chic. Anna busca su máxima y la encuentra. Destrona a las modelos más cotizadas en favor de las actrices y ensalza a fotógrafos y estilistas al mismo nivel que éstas , sus musas. A pesar de su actual y probado espíritu poco democratizador en el mundo de la moda, fue de las primeras en apostar por la mezcla de piezas de alta gama y precios inalcanzables con prendas de calle y masivas. Da en el clavo porque vogue usa se coloca en el número uno y con ello, Annita, se convierte en una de las mujeres más poderosas de la industria. En la más pérfida y vil. En toda una perraca de alto standing con una clarividencia sobrehumana y un juicio obstinado e inquebrantable .







La incomodidad es su estela, y su mano es celestial. Todos temen al lobo feroz, pero Anna tiene su propia ética, aunque se la tilde de elitista, ambiciosa, déspota, e inhumanamente perfeccionista, aunque se hable de ella como de una dirigente bárbara, despiadada y cruel. Sí, ha vetado reportajes de actualidad porqué la gente que aparecía en ellos no era lo suficientemente guapa, hizo adelgazar diez kilos a Oprah, el tótem de los tótems, la madre naturaleza del entertainment business, para poder acaparar una de sus portadas, y mandó a paseo a Armani cuando esté amenazó con dejar de publicitarse si no le prestaban más atención en sus páginas. Es muy delgada la línea entre genialidad y estupidez. Lo mismo que entre timidez y gélida distancia. Pero la Wintour no se contiene al mostrarle al mundo que reside en las páginas de la revista que dirige y nos invita, con más genio que figura, a ser partícipes de su modus vivendi. A sus 57 años, la hija del magnate y la filántropa, tiene La voz y El voto en el panorama de la moda, del que ha hecho su pequeño gran monopolio.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

"Si observas cualquier buena fotografía de moda fuera de contexto, te dirá tanto sobre lo que ocurre en el mundo como un titular de The New York Times”

Una verdad rotunda.

abel dijo...

tiene toda la fuerza.

Di dijo...

Solo ella consigue que acorten a tres días la semana de la Moda de Milán porque una semana (como su propio nombre indica) era demasiado.
Si eso no es poder, que baje Dior y lo vea.

Un beso

Andrea Martínez Maugard dijo...

Tiene 57???? Se ve muy bien, super delgada y con un estilazo, que pense que era un poco más joven. Bueno, el caracter eso sí se le nota de inmediato en la cara jjaa

Shopaholic dijo...

De mayor quiero ser como ella!

Lucio dijo...

No soporto el rollo machista de que como es mujer poderosa es una zorra sin corazón ni alma,la deberían clonar para que dirigiera el español que deja mucho que desear,además hace un trabajo perfecto para vogue,PERFFECTO,es la mejor revista de moda que se ha hecho jamás,los mejores estilistas,fotografos,modelos y la mejorb roopa antes que ninguna otra.Es mala porque es mujer si fuera hombre sería implacable u otro adjetivo similar.Me ahogo!

Sara dijo...

Por muy "diablo" que sea hay que reconocer que no hay otra como ella.

Un beso

Laia dijo...

Mer. Ha dicho. beso!
Miguel. Poderosa Ana.
Aretha. Totalmente, de cerca se le intuyen las arrugas, se nota que es una mujer curtida. beso!
Shopaholic. Pues que Dior te de todo el genio y figura para consguirlo!beso!
Lucio. Tienes toda la razón , Anna es absolutamente única e imprescindible, pero no creo que la cuestión sea tanto que ella no es ninguna zorra pérfida (que para llegar donde ha llegado no se llega dando palmaditas en chepas sino pisando cabezas, y no es ninguna crítica), como que los señores exitosos que sean despiadados y calculadores puedan ser tildados de cabronazos desalmados de la misma manera que celebrados como ejemplares hombres de negocios. beso! Y respira o llamo a Will (con permiso de Dan) para que te haga el bouche a bouche.
Sara. Si no fuera diablo, no sería Wintour. beso!

Alma DeLuXe dijo...

Yo me uno a su causa, me acojo a su mandato y acepto sus condiciones...es la Wintour ni más ni menos...nada más que decir...bueno si...que es el ejemplo de que en moda y estética no todo vale, y eso siempre se agradece a la vista y a la conciencia. Besos, cada vez me apasionan más tus post.

Lucio dijo...

Montesinos he de decir que es un señor encantador y que en los tiempos mas oscuros de cibeles sus desfiles eran puro espectáculo.Lo de hoy fue un paso adelante pero con resbalón,pero un paso adelante al fin y al cabo,por muy feo que sea el resultado,vale es todo muy feo si quieres un titular.

Will dijo...

Y cuantas envidias despierta....

Maria dijo...

Me ha gustado mucho el post de hoy. No soporto a esta señora, pero hay que reconocerle al Cesar lo que es del Cesar.
En lo suyo es la mejor!

Laia dijo...

Alma. Graciaaaaaaaaaas, es siempre un placer que te pases por aquí!beso!
Lucio. Bien. Eso es lo que quería oir!beso!
Will. Pues obviamente muchas y muy malas. beso!
Chicochuc. Ecco. beso!!!

alterego dijo...

Tengo sentimientos encontrados. Por una parte, la admiro profundamente y mataría por trabajar con ella (algo de lo que me arrepentiría a los cinco segundos, sospecho) y por otro, no puedo soportar las dictaduras de ningún tipo. Y lo que la Wintour hace desde las páginas de la mejor revista de moda (junto con la edición Paris) actual, es tirania pura y dura. Es cierto, no obstante, que es fácil traspasar la línea del machismo con ella. Si fuera un hombre, todo el mundo le alabaría por visionario y ambicioso. Pero ya se sabe que la ambición sólo es buena en el género masculino, nunca en el femenino. En fin, que nos dure muchos años. Ah, flipo con su hija (aunque no tiene mucho mérito siendo su madre quien es). Muchos besos.

Laia dijo...

Altergo. Sí, pero no es menos tirana por mucho que influya el factor machismo. Y Bee es una chica monísima, mucho mejor que Roitfield junior. beso!


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