miércoles, 24 de octubre de 2007

Venialismo


Envidia.







Contradictoria sensación en la que parece mentira, nos gusta regodearnos.


Cómo dice Alma Deluxe, "tiene su puntito".




Y más cuando se trata de codicia, porqué proyectamos más fácilmente la rabia desbocada cuando el objeto de deseo es precisamente eso, un ente material.











Siempre fué políticamente incorrecto eso de sentir celos por el prójimo.







A uno le cuesta reconocer ese extraño efecto porqué lo de ser envidioso, es una lacra social.







Es una cualidad moralmente indecente.












Un sentimiento poco cabal y nada noble.












Anque sea un síntoma inequívoco de tremenda humanidad.







En cambio parece más natural lo de desear aquello que uno no posee cuando no se trata de un don sino de un bien.







Será porqué anhelar la belleza, inteligencia, personalidad, o encanto de los que uno carece, es una quimera imposible de alcanzar.











Suspirar por unos Manolo's, un Birkin, o un vestido de Lacroix, parece algo pelín más razonable.




Y resarce una barbaridad.







Resulta menos capital, y más venial.










Casi lógico, normal, aunque en la mayoría de casos, igualmente ilusorio.






De hecho, todo lo que nos ofrece la moda, está hecho para eso, para despertar la fruición colectiva y crear el ansia general.






No queremos poseer aquello que vemos en un escaparate, en una editorial o en esa estupenda chica que me acabo de cruzar, porqué sí, cómo acto reflejo, por mimetizar, ¿o sí?



Nos encaprichamos y nos obcecamos, nos emperramos y sucumbimos a la dinámica del empecinamiento, sufrimos un insalvable impacto visual que procesamos en forma de compra compulsiva y deseo irracional, o eso es lo que nos quieren provocar...y ya estoy yo con mis conspiraciones, pero es verdad.






Nos ofuscamos y pisoteamos el concepto de necesidad.




Y de ahí, ya no se nos puede sacar porqué el proceso químico iniciado, no tiene vuelta atrás.



¿Será una cuestión hormonal?













3 comentarios:

Alma DeLuXe dijo...

Bravo por ti...¿ese deseo irrefrenado del que hablas es sólo un impulso localizado y provocado de forma premeditada?...procuremos siempre elegir lo que envidiar...Qué gran reflexión la tuya...Besos.

viviana dijo...

Pues si, todos somos envidiosos en mayor o menor medida, unos con envidia sana y otros con envidia de la de verdad, la mala.
Yo envidio a la gente que puede comprarse alta costura y pret a porter, quisiera poder ser yo una de ellas, pero vaya, que no les deseo la muerte.
Tambien envidio a la gente que sabe dibujar.
Y tambien envidio a Hale Berry ( o como se diga ) por el pedaso de novio que tiene...
Besos.

Laia dijo...

Alma,la envidia es traicionera e ingrata..aparte de sumamente inconveniente.
Por cierto, envidio tu suite y tus zapatos..para mí los quisiera!!
Viviana, ya somos dos en lo del dibujo, aunque más que envidia me provoca desconsuelo total y absoluto porqué no tiene remedio ninguno...quizás en otra vida.
Saludosss!


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